Ningun conocimiento se nos da si no existe en nosotros la voluntad de conocer, ninguna droga nos salva si no queremos ser salvados.


"La experiencia más hermosa que podemos tener es lo misterioso. Es la emoción fundamental de la que
nace todo arte y ciencia verdaderos. Quien no la conozca y ya no pueda sorprenderse ni maravillarse, es
como si estuviera muerto y sus ojos estuvieran cerrados"

"Nada de lo que escuches, sin importar quien lo diga.
Nada de lo que leas, sin importar dónde esté escrito.
Nada debes aceptar, sin previo discernirlo.
Y por ti mismo, deberás decidir su validez o no.
¡Investiga!"


jueves, 26 de diciembre de 2013

La experiencia extracorpórea como fenómeno holográfico

Aunque nos han enseñado que pensamos con nuestro cerebro, esto no siempre es verdad. Bajo ciertas circunstancias, nuestra consciencia – la parte que percibe y piensa en nosotros – puede desprenderse del cuerpo físico y existir en cualquier lugar que ella quiera. Nuestra comprensión científica corriente no puede considerar este fenómeno; pero llega a ser mucho más posible en términos de la idea holográfica.


       

Hay que recordar que en un universo holográfico la ubicación es en sí misma una ilusión. Tal como la imagen de una manzana no tiene una ubicación especifica dentro de un holograma, en un universo organizado holográficamente los seres y los objetos no tienen una localización definida. Todo es, en último término, no localizable, incluso la consciencia. Así, aunque nuestra consciencia parezca estar localizada en nuestra cabeza, bajo ciertas condiciones puede fácilmente parecer ubicada en una esquina superior de la habitación, revoloteando sobre un prado, o flotando sobre un objeto cualquiera en un edificio distante.

Si la idea de una consciencia sin localización determinada parece difícil de captar, puede encontrarse una analogía útil en los sueños. Imagínese que está soñando que asiste a una concurrida exposición de pinturas. Mientras vagabundea entre la gente contemplando los cuadros, su consciencia parece estar localizada en la cabeza de la persona que usted es en el sueño. Pero, ¿dónde está su consciencia realmente? Un rápido análisis revelará que está en cada cosa que aparezca en el sueño: en la otra gente que asiste a la exposición, en los cuadros, y aun en el mismo escenario en que se desarrolla el sueño. En un sueño, la localización es también una ilusión porque todo – gente, objetos, espacio, consciencia, etc. -se está desplegando desde la más profunda y más fundamental realidad del soñador.

Otra característica holográfica sorprendente de los desdoblamientos – o salidas fuera del cuerpo – es la plasticidad de la forma que una persona asume una vez que está fuera del cuerpo. Después de desprenderse de él, a veces la persona se encuentra en un cuerpo fantasma que es una copia exacta de su cuerpo biológico. Esto hacía que algunos investigadores de épocas pasadas postularan que los seres humanos poseían un doble, como en la literatura de ciencia ficción.

Recientes descubrimientos en parapsicología han pesquisado casos en lo que posiblemente sucede. Aunque algunos sujetos describen este fantasma doble como desnudo, otros se encuentran en cuerpos completamente vestidos. Esto sugiere que el doble no es una réplica energética permanente del cuerpo biológico, sino que una especie de holograma que puede asumir diferentes formas. Tanto es así que no siempre es un doble del cuerpo físico la forma en la que los sujetos se encuentran a sí mismos durante su desdoblamiento. Hay numerosos casos en que la gente también se percibe como bolas de luz, nubes de energía informes, y aun no discernibles de ninguna manera.

Podríamos considerar como algo evidente que la forma que una persona asume durante su salida del cuerpo es una directa consecuencia de sus creencias y expectaciones. Por ejemplo, el matemático Whiteman, en su libro Mistical Life, publicado en 1961, reveló que él experimentaba a lo menos unos dos desdoblamientos al mes durante gran parte de su vida adulta. Incluso agregó que siempre se había sentido como una mujer atrapada en un cuerpo de hombre, y que cuando se desdoblaba, a menudo se encontraba en una forma femenina. A veces aparecía en otras formas durante sus aventuras fuera del cuerpo, incluyendo cuerpos de niños. Su conclusión era que los factores determinantes de la forma que asumía el segundo cuerpo eran las creencias, tanto conscientes como inconscientes.

Monroe está de acuerdo en que son nuestros hábitos de pensamiento los que crean nuestro doble. Porque estamos tan acostumbrados a habitar en un cuerpo, tenemos una tendencia a reproducir la misma forma en el desdoblamiento. Similarmente, él cree que es la incomodidad que la mayoría de la gente siente cuando están desnudos lo que causa que, inconscientemente, se fabriquen ropas cuando están asumiendo una forma humana. Sospecho que uno puede modificar el segundo cuerpo en cualquier forma que desee, dice Robert Monroe.

¿Cuál es nuestra verdadera forma – si la hay – cuando estamos desdoblados? Robert Monroe ha encontrado que una vez que dejamos caer toda apariencia, somos en lo profundo un modelo vibratorio formado de muchas frecuencias interactuando y resonando. Esta conclusión es extremadamente sugestiva porque apunta a que algo holográfico está en curso, y ofrece una consecuente evidencia de que nosotros – igual que todos los seres en un universo holográfico – somos, en último término, un fenómeno de frecuencia vibratoria, el cual nuestra mente convierte en variadas formas holográficas. Esto añade crédito a la conclusión de Hunt que nuestra consciencia está contenida, no en el cerebro, sino en un campo plásmico de energía holográfica que a la vez compenetra y envuelve el cuerpo físico.

La forma que asumimos en los estados de desdoblamiento no es lo único que presenta esta plasticidad holográfica. A pesar de la exactitud de las observaciones hechas por experimentados viajeros durante sus correrías fuera del cuerpo, los investigadores han quedado a veces perplejos por algunas inconsecuencias encontradas. Por ejemplo, el título de un libro perdido que encontré en uno de mis viajes se veía en un brillante color verde mientras estuve desdoblado. Pero cuando volví a mi cuerpo físico y pude reencontrar el libro, vi que las letras del título eran negras. La literatura sobre estos temas abunda en tales discrepancias, como cuando los sujetos describen una habitación distante llena de gente – existente en la realidad física – salvo que ellos añaden una persona extra o perciben una cama donde realmente había una mesa.

En términos del planteamiento holográfico, una explicación sería que tales viajeros no han desarrollado plenamente la habilidad de convertir las frecuencias que perciben al estar desdoblados en una exacta representación holográfica de la realidad consensual. En otras palabras, desde el momento que estos sujetos parecen apoyarse en un conjunto de sentidos totalmente nuevos, estos sentidos pueden ser todavía vacilantes y no poder convertir de manera eficiente las frecuencias vibratorias encontradas, de modo que parezcan una objetiva construcción de la realidad.

Estos sentidos no-físicos pueden ser perjudicados por las restricciones que nuestras propias creencias limitantes arrojan sobre ellos. Algunos viajeros dotados se han dado cuenta que, a medida que se van sintiendo más a gusto en su segundo cuerpo, descubren que pueden ver en todas direcciones a la vez sin volver la cabeza. En otras palabras, aunque ver en todas direcciones parece ser normal durante ese estado, ellos están tan acostumbrados a creer que sólo pueden ver a través de sus ojos – aun cuando estén fuera de su cuerpo – que esta creencia al comienzo les impide darse cuenta que poseen una visión en 360 grados.

Hay evidencia de que aun nuestros sentidos físicos pueden ser víctimas de esta censura. A pesar de nuestra inconmovible convicción de que sólo vemos con nuestros ojos, existe información sobre individuos que poseen visión sin ojos, o sea, la habilidad de ver con otras áreas de su cuerpo. David Eisenberg, M. D., un investigador de la Escuela de Medicina en Harvard, publicó un artículo sobre dos hermanas chinas en edad escolar, en Beijing, las que podían ver con la piel de sus axilas lo suficiente como para leer notas e identificar colores. En Italia, el neurólogo César Lombroso estudió a una niña ciega que podía ver con la punta de la nariz y con el lóbulo de su oreja izquierda. En los años sesenta, la prestigiosa Academia Soviética de Ciencias investigó a una campesina rusa llamada Rosa Kuleshova, la que podía ver fotografías y leer periódicos con las yemas de sus dedos, y decidió que su habilidad era genuina. Resulta significativo que la Academia excluyera la posibilidad de que KuIeshova estuviera simplemente detectando las variadas cantidades de calor acumulado que los diferentes colores emanan naturalmente. Kuleshova pudo leer un periódico impreso en blanco y negro aun cuando fue cubierto con una lámina de vidrio calentada. Llegó a ser tan renombrada por sus habilidades que el magazine Life publicó un artículo sobre ella.

En resumen, hay evidencias de que no somos tan limitados como para ver sólo a través de nuestros ojos físicos. Uno no puede sino preguntarse si la vista sin ojos es realmente a futuro una evidencia de que la realidad es sólo maya, una ilusión, y que nuestro cuerpo físico, junto con la aparente incondicionalidad de su fisiología, es tanto una construcción holográfica como lo es nuestro segundo cuerpo. Tal vez estamos tan profundamente habituados a creer que podemos ver solamente a través de nuestros ojos que aun en el plano físico nos hemos aislado del amplio rango de nuestras capacidades de percepción.

Otro aspecto holográfico del desdoblamiento es que desaparece la división entre pasado y futuro, hecho que a veces ocurre durante esa experiencia. Por ejemplo, Osis y Mitchell descubrieron que cuando el Dr. Alex Tanous, un bien conocido psíquico, experimentado en viajes fuera del cuerpo, viajaba desde Maine, e intentaba describir objetos ubicados sobre una mesa, tenía la tendencia a incluir algunos que se iban a colocar allí días después. Esto sugiere que el ámbito en el que la gente entra al desdoblarse es uno de los más sutiles niveles de realidad, de los que David Bohm hablaba. Una región más cerca de lo replegado y, por lo tanto, más cerca del nivel de realidad en el cual la división entre pasado, presente y futuro deja de existir. Dicho de otra manera, parecía que, en lugar de sintonizar con las frecuencias que codifican el presente, la mente de Tanous inadvertidamente sintonizaba con frecuencias que contenían información acerca del futuro y las convertían en un holograma de la realidad.

Esa percepción de la habitación que tuvo Tanous fue un fenómeno holográfico y no una visión precognitiva que tuviera lugar sólo en su cabeza sin relacionarse con algún otro hecho. El día del experimento se le pidió a la síquica Christine Whitting vigilar la habitación y tratar de describir cualquier proyección que ella pudiera ver visitándola. A pesar de la ignorancia de Christine sobre quién podría aparecer flotando, y a qué hora, cuando Tanous hizo su visita desdoblado ella vio su aparición claramente y lo describió usando un pantalón de cotelé color café y una camisa de algodón blanca, la ropa que el Dr. Tanous tenía puesta en Maine al momento de ese ensayo.

Harary también ha hecho ocasionales viajes al futuro y concuerda en que las experiencias son cualitativamente diferentes de otras experiencias cognitivas. Los viajes fuera del cuerpo hacia el tiempo y espacio futuros difieren de los sueños precognitivos en que yo estoy, en forma bien definida, afuera y que me estoy moviendo a través de un área negra, después oscura, que termina en alguna escena futura iluminada. Cuando él hace una visita al futuro a veces ve una silueta de su futuro ser en la escena, y esto no es todo. Cuando los eventos de los que él ha sido testigo eventualmente ocurren, puede sentir a su doble dentro de la escena junto con él. Describe estas sensaciones fantasmagóricas como encontrarme conmigo detrás de mí como si tuviera dos seres, una experiencia que seguramente deja muy atrás los normales déjà vu.

También se han estudiados casos de viajes al pasado. El dramaturgo sueco August Strindberg, un frecuente viajero fuera del cuerpo, describe uno en su libro Legends. El suceso tuvo lugar cuando Strindberg estaba sentado en una cantina tratando de persuadir a un joven amigo de no abandonar su carrera militar. Para reforzar sus argumentos, Strindberg trajo a colación un pasado incidente que los incluía a ambos durante un atardecer en una taberna. Mientras el dramaturgo describía el evento, súbitamente perdió la consciencia y se encontró en la taberna en cuestión reviviendo la experiencia. Esto duró sólo unos pocos minutos y, abruptamente, se encontró de vuelta a su cuerpo y al presente. Estas visiones retrocognitivas que han sido estudiadas dan fundamento a las experiencias de los clarividentes que – estando en realidad presentes – a la vez flotan sobre las escenas históricas que van describiendo. Se trataría de una forma de proyección desdoblada dentro del pasado.

En verdad, cuando uno lee la voluminosa literatura ahora disponible sobre el fenómeno de desdoblamiento, uno es repetidamente sacudido por las similitudes entre las descripciones de experiencias que hacen los viajeros desdoblados y las características que ahora asociamos con un universo holográfico. Sumado al hecho de describir el estado fuera del cuerpo como un lugar donde el tiempo y el espacio no existen en propiedad, donde el pensamiento puede ser transformado en formas parecidas a hologramas, y donde la consciencia es en último término un esquema de vibraciones o frecuencias de onda, Robert Monroe hace notar que la percepción durante los viajes fuera del cuerpo parece menos basada en un reflejo de ondas luminosas y más en una impresión de radiación. Esta es una observación que sugiere de nuevo que cuando uno entra en el plano por el que transitan los desdoblados, uno empieza a entrar en el dominio de la frecuencia de Karl Pribram. Otros viajeros se han referido también a la semejanza con un campo de frecuencia que tiene el Segundo Estado. Por ejemplo, Marcel Louis Forhan, un experimentador en viajes fuera del cuerpo que escribía bajo el pseudónimo de Yram, en su libro Practical Astral Projection describía la apariencia de ondas y las características electromagnéticas del plano visitado. También otros han comentado la sensación de unidad cósmica que se experimenta durante ese estado y lo han resumido como un sentimiento de todo está en todo, y yo soy eso.

Por holográfico como sea el desdoblamiento, es sólo la punta del iceberg cuando llegamos a una más directa experiencia de los niveles de frecuencia en otros aspectos de la realidad. Aunque las salidas fuera del cuerpo son sólo experimentadas por un segmento de la raza humana, existe otra circunstancia bajo la cual todos llegamos a un contacto más próximo con el dominio de la frecuencia electromagnética. Es cuando viajamos a ese país aún no descubierto, desde cuyas fronteras ningún viajero regresa. Con el debido respeto a Shakespeare, algunos viajeros sí regresan. Y las historias que ellos cuentan están llenas de características que nos conducen de nuevo al holograma.

Estas son las experiencias cercanas a la muerte de las que muchos de nosotros hemos oído hablar. Incidentes en los que los individuos fueron declarados clínicamente muertos, han sido resucitados, y han relatado que durante esa experiencia dejaron su cuerpo físico y visitaron lo que parecía ser el reino del más allá.

En nuestra propia cultura occidental, las experiencias cercanas a la muerte vinieron a ser ampliamente discutidas desde 1975, cuando Raymond A. Moody Jr., un médico que además tenía un Ph. D. en filosofía, publicó su difundida investigación sobre el tema en Vida después de la Vida . Poco después Elisabeth Kübler-Ross reveló que ella había efectuado similares investigaciones en forma simultánea, confirmando lo encontrado por Moody. Como desde entonces más y más investigadores empezaron a documentar el fenómeno, fue quedando cada vez más claro que las experiencias cercanas a la muerte estaban no sólo increíblemente extendidas – una encuesta de Gallup encontró que 18 millones de americanos adultos la hablan experimentado – sino que además ellas proveían la más poderosa evidencia de una vida después de la muerte.

Igual que los viajes fuera del cuerpo, las experiencias cercanas a la muerte parecían ser un fenómeno universal. Ellas están descritas en extenso en el libro del siglo Vlll, El Libro Tibetano de los Muertos y en El Libro Egipcio de los Muertos, existente desde hace 2.500 años. En La República, Platón da un recuento detallado de un soldado griego llamado Er, quien volvió a la vida justo segundos antes de que su pira funeraria fuera encendida, diciendo que él había dejado su cuerpo y viajado a través de un pasadizo a la tierra de los muertos. El Venerable Bede nos da un relato similar en su libro sobre el siglo VIIl, A History of the English Church and People, y Carol Zaleski, una conferenciante sobre el estudio de las religiones en Harvard, en su libro Otherworld Journeys, hace notar que la literatura medieval está llena de narraciones sobre este tema.

Las experiencias cercanas a la muerte no tienen características demográficas únicas. Varios estudios han mostrado que no hay relación entre tales experiencias y la edad de una persona, su sexo, estado marital, raza, religión, creencias espirituales, clase social, nivel de educación, ingresos, asistencia a Iglesias, pertenencia a comunidades, área de residencia. Tal como el rayo, esta experiencia puede golpear a cualquiera en cualquier momento. Los devotos religiosos no son más proclives a ella que los agnósticos.

Uno de los aspectos más interesantes de este fenómeno es la concordancia de los datos que se van encontrando de experiencia en experiencia. Un sumario típico sería como sigue:

“Un hombre está muriendo y de súbito se encuentra flotando sobre su cuerpo y contemplando lo que sucede. En unos momentos viaja a gran velocidad a través de un espacio oscuro o de un túnel. Entra en un reino de luz deslumbrante y es cálidamente recibido por amigos o parientes muertos hace poco. Con frecuencia escucha una bella música indescriptible y ve paisajes – extensas praderas, valles llenos de flores, centelleantes arroyos – más hermosos que nada visto en la tierra. En este mundo lleno de luz él no siente ni pena ni temor sino que es invadido por un sobrecogedor sentimiento de gozo, amor y paz. Encuentra un ser (o varios) de luz, de quien emana una enorme compasión y que le propone experimentar una revisión de su vida, una recapitulación panorámica de lo vivido. El llega a sentirse tan cautivado por la grandeza de esta realidad que lo único que desea es quedarse ahí. Sin embargo, aquel ser le dice que todavía no es su tiempo y lo persuade a retornar a su vida terrena y a volver a entrar en su cuerpo físico”.

Convendría tomar nota que esta es sólo una descripción general y que no todas las experiencias cercanas a la muerte contienen todos los elementos descritos. En unos casos faltan algunas de estas características y en otros aparecen ingredientes adicionales. Los ornamentos simbólicos de las experiencias pueden también variar. Por ejemplo, aunque los que viven esta experiencia en la cultura occidental tienden a ingresar al reino de la otra vida pasando a través de un túnel, los de otras culturas podrían caminar cuesta abajo por un sendero o cruzar una extensión de agua para arribar al mundo del más allá.

De todas maneras, existe un asombroso grado de consenso entre las experiencias cercanas a la muerte narradas por diversas culturas a través de la historia. Por ejemplo, la revisión de la vida que ocurre una y otra vez en los casos de nuestra vida moderna, ya ha sido descrita en la antigüedad, como lo veíamos en párrafos anteriores. Estas similitudes entre culturas muy alejadas han sido confirmadas por estudios formales. Karlis Osis y Erlendur Haraldsson compararon cerca de novecientas visiones en el lecho de muerte informadas por pacientes a sus médicos o enfermeras tanto en EE.UU. como en la India y encontraron que, aunque había algunas diferencias culturales – los americanos tendían a ver al ser de luz como un personaje de la religión cristiana (aún Cristo mismo) y los indios lo percibían como uno de la religión Hindú – el núcleo de la experiencia era substancialmente el mismo y semejante a lo descrito por Moody y Kübler-Ross.

Aunque el punto de vista ortodoxo sobre las experiencias cercanas a la muerte establece que son sólo alucinaciones, hay evidencias substanciales de que este no es el caso. Igual que en los desdoblamientos, los sujetos son capaces de informar sobre detalles que no podrían haber conocido por medios sensoriales normales. Por ejemplo, Moody presenta un caso en el cual una mujer dejó su cuerpo durante una operación quirúrgica, flotó por la sala de espera, y vio a su hija que estaba vistiendo prendas dispares. La niñera había vestido a la niñita tan apresuradamente que no notó el error y quedó sorprendida cuando la madre – que no había visto físicamente a su hija ese día – comentó el hecho. En otro caso, después de haber dejado su cuerpo, una mujer fue hacia el pasillo del hospital y escuchó a su cuñado decir a un amigo que parecía que iba a tener que cancelar un viaje de negocios para ser uno de los que transportaran el ataúd de su cuñada. Después que la mujer se recuperó, reprendió a su asombrado cuñado por considerarla muerta tan rápidamente.

Y estos no son los ejemplos más extraordinarios de percepción sensorial en los estados de desdoblamiento próximos a la muerte. Los investigadores incluso han encontrado casos en que pacientes que eran ciegos y no habían percibido la luz por años, podían ver y describir con exactitud lo que estaba sucediendo alrededor de ellos cuando habían dejado sus cuerpos durante esa experiencia. La doctora Elisabeth Kübler-Ross ha encontrado varios de esos individuos y los ha entrevistado extensamente para determinar la exactitud de su testimonio. Para nuestra sorpresa, ellos fueron capaces de describir el color y el diseño de la ropa y joyas que llevaban los que estaban allí.

Lo más impactante son aquellas experiencias y visiones en el lecho de muerte que involucran a dos o más individuos. En un caso, una mujer se encontró moviéndose a través del túnel y al aproximarse al reino de luz, vio a un amigo suyo que venía de regreso. Cuando se cruzaron, el amigo le comunicó telepáticamente que él había muerto, pero que lo habían enviado de vuelta. La mujer también fue enviada de vuelta y después que se recuperó, supo que su amigo había sufrido un paro cardíaco aproximadamente al mismo tiempo que ocurría su propia experiencia.

Hay numerosos otros casos estudiados en los cuales individuos moribundos saben quién los está esperando en el mundo del más allá antes que les llegue por canales normales las noticias de la muerte de esa persona.

Y por si queda todavía alguna duda, otro argumento contra la idea de que estas experiencias son alucinaciones, es que a veces ocurran en pacientes que tienen electroencefalogramas planos. Bajo circunstancias normales, cada vez que una persona habla, piensa, imagina, sueña, etc., su EEG registra una gran actividad. Aun las alucinaciones pueden ser medidas. Pero hay varios casos en que personas con EEG planos tuvieron experiencias cercanas a la muerte. Aunque hubieran sido simples alucinaciones, tendrían que haber sido registradas en sus EEG.

En resumen, cuando todos esos hechos son considerados en conjunto: la extensión de la experiencia, la ausencia de características demográficas, la universalidad de su núcleo, la habilidad de los sujetos para ver y conocer cosas para las que no tienen medios sensoriales normales que lo permitan, y la ocurrencia de todo esto en pacientes con EEG plano, hace que la conclusión sea inevitable. La gente que tiene experiencias cercanas a la muerte no están sufriendo de alucinaciones o engañosas fantasías, sino que están en verdad haciendo visitas a un nivel de realidad enteramente diferente.

Esta es también la conclusión alcanzada por muchos investigadores de estas experiencias. Uno de ellos es el Dr. Melvin Morse, un pediatra en Seattle, Washington. Morse empezó por interesarse en estas experiencias después de haber tratado a una niña de siete años víctima de inmersión. Cuando la niñita fue resucitada, estaba en coma profundo, tenía las pupilas fijas y dilatadas, sin reflejos musculares ni respuesta de la córnea. En términos médicos, se trataba de un coma tan profundo que casi no tenía posibilidad de recuperarse. A pesar de todas estas desventajas, ella se recuperó por completo y cuando Morse la examinó, estaba consciente, lo reconoció y le dijo que lo había observado cómo trabajaba sobre su cuerpo comatoso. Al interrogarla más adelante, ella le explicó que había dejado su cuerpo y pasado a través de un túnel hacia un cielo donde había encontrado al Padre Celestial. El le expresó que no era importante que estuviera allí todavía y le preguntó si quería quedarse o regresar. Al principio ella dijo que quería permanecer en ese lugar, pero cuando el Padre Celestial le hizo notar que esa decisión significaba que no volvería a ver a su madre, cambió de opinión y volvió a su cuerpo.

Morse era un escéptico, pero quedó fascinado y desde ese momento en adelante procuró aprender cuanto pudo acerca de estas experiencias. En ese tiempo trabajaba para un servicio de ambulancia aérea en Idaho, que trasportaba pacientes al hospital, y esto le permitía la oportunidad de tener acceso a datos de niños resucitados. Durante un período de diez años entrevistó cada niño sobreviviente de paros cardíacos en ese hospital, y una y otra vez escuchó de ellos la misma historia. Después de caer en la inconsciencia se encontraban fuera de su cuerpo, observaban a los médicos trabajando sobre ellos, pasaban a través de un túnel y eran reconfortados por seres luminosos.

Morse continuó siendo escéptico, y en su búsqueda cada vez más desesperada por encontrar una explicación lógica, leyó todo lo que pudo encontrar sobre los efectos colaterales de las drogas que sus pacientes estuvieran ingiriendo, y exploró varias explicaciones psicológicas y fisiológicas, pero nada parecía calzar. Entonces un día leí un largo artículo en un periódico médico que trataba de explicar estas experiencias como trucos variados del cerebro, dice Morse. Por entonces yo había estudiado estas experiencias en forma extensiva y ninguna de las explicaciones que exponía este investigador parecía tener sentido. Finalmente me quedó claro que él había omitido la explicación más obvia de todas: que las experiencias cercanas a la muerte son reales. El había pasado por alto la posibilidad de que el alma realmente haga el viaje.

Moody hace eco a este sentimiento y dice que veinte o más años de investigación lo han convencido que esos sujetos se aventuran en otro nivel de realidad. Cree que otros investigadores de este tema sienten lo mismo. “He hablado con casi todos los investigadores de estas experiencias a nivel mundial acerca de su trabajo. Sé que muchos de ellos creen profundamente que ellas son un vistazo a la vida después de la muerte. Pero como científicos y gente del área médica, ellos todavía no han llegado a una prueba científica de que una parte de nosotros continúe viviendo después que nuestro cuerpo físico haya muerto. Esta falta de pruebas les impide hacer público sus verdaderos sentimientos.”

Como un resultado de su encuesta, aun George Gallup, Jr., presidente de Encuestas Gallup, agrega: “Un creciente número de investigadores ha estado reuniendo y evaluando los relatos de quienes han tenido extraños encuentros cerca de la muerte. Y los resultados preliminares han sido altamente sugestivos de que exista algo tipo de encuentro con un reino extradimensional de realidad. Nuestra propia revisión, aun siendo extensiva, es posible que no haya alcanzado a cubrir ciertas tendencias que señalan hacia un superuniverso paralelo de algún tipo.”


                                           EXPOSICIÓN FINAL ARTÍCULO

El paradigma holográfico del Universo está siendo respaldado por muchos círculos científicos y académicos. Este nuevo paradigma científico parte de la teoría postulada por el físico teórico David Bohm y neurofisiólogo Karl Pribam. Según ellos, el cerebro sería una especie de holograma que interpreta un Universo Holográfico. Esta teoría es tremendamente revolucionaria ya que aporta una nueva y extraordinaria visión de la realidad. A través de la física cuántica y el paradigma holográfico logra presentar una explicación racional y científica sobre aquellos fenómenos del ámbito de la parapsicología, la física y la neurología que la ciencia moderna no es capaz de abarcar y explicar.


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BIBLIOGRAFÍA
El desdoblamiento como fenómeno holográfico
Fuente: TALBOT, Michael: The Holographic Universe – Harper Collins Publishers – New York (En español: El Universo Holográfico de Michael Talbot).

Fotografía de inicio a la izquierda

Fotografía de inicio a la derecha

Fotografía de abajo en el centro

 ENLACE EXTERNO
Documental “El Universo Holográfico”

Sinopsis del libro “El Universo Holográfico” de Michael Talbot

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